jueves, 4 de febrero de 2010

CRÓNICA DEL PARTIDO JORNADA 14 (20-01-2010): CLUB BÀSQUET MONOVER (63) - C.B. AYORA (53).


Con un poco de retraso y con la perspectiva que dan unos días para hacer el análisis del partido, se podría considerar el acta oficiosa del partido.

Yo creía que tenía por compañeros a hombres duros, de pelo en pecho y con los pantalones bien puestos, pero quedó claro que esto no es así: somos muy pocos los que nos podemos llamar aún HOMBRES. Con esto no quiero decir que sean mariquitas, pues estos no tienen culpa de que se les compare con los componentes de nuestro equipo que por uno u otro motivo no han podido finalizar o lo que es peor, empezar el partido. Algunos de los componentes del equipo son una clase de personas con cromosomas XY, eso hasta que no se diga lo contrario, a las cuales les podemos llamar zampabollos, chichinabos…

Voy a lo que nos ocupa, a las ya consabidas bajas que eran ya numerosas (Manolo, Carlos, Vicente y Mateo) se unió Cala, el cual no “pudo” ir al partido. No obstante al llegar allí me llevé la grata sorpresa de que Pablo Hermosín había hecho un esfuerzo para venir al partido: éste sí es hombre de pelo en pecho, no sé si también los tendrá en otros sitios de viril importancia, en ese momento no sabía la importancia de esa decisión.

Llegamos a Monóver y cosa inaudita no nos perdimos, pues como diría Cascos el pabellón está en el quinto pino, el público tiene mérito por ir a ver el partido y aunque sólo sea por eso se merecían que se jugase bien y de hecho a excepción de mates hubo de todo en el partido, cada vez nos parecemos más a los jugadores de la LEB, ahora llamada Adecco (decir que nos parecemos a los de la ACB me parece un tanto pretencioso).

Empezamos a calentar y cual es nuestra sorpresa al ver un murciélago volando dentro del pabellón, seguro que era un mal presagio, aunque en ese momento no sabíamos para cual de los dos equipos, pero estábamos seguro que íbamos a dormir bien pues Pedro nos enseñó algo nuevo y novedoso, nos dijo que los estaba voloteando era un rat pelat en vez de como lo habíamos aprendido rat penat o rata pelada como traducción literal.

Tras un largo calentamiento y más larga aún rueda de calentamiento con entradas y tiros vimos algo que no se ve mucho el árbitro marcó cinco minutos. Tras pitar un minuto para el comienzo nos juntamos para que el entrenador nos de las reseñas para el partido, pero al levantar la cabeza veo que somos tan sólo siete los jugadores vestidos para el partido por lo cual podéis suponer que una de las consignas es que no se hagan personales pues tan sólo hay dos pívots.

Comienza el partido con el cinco inicial de nuestro equipo Pablo Abarca como 5 (bien!!!!), Darío como 4 (bien!!!), Andrés como 3 (bien!!!), Yimi como 2 (bien!!!) y David como base (bien!!!). Tras unos minutos en el que los dos equipos se van conociendo, pero en el que tomamos la iniciativa y robamos algún balón, pero lo importante vino cuando en un contraataque Darío lo finaliza, pero con tal mala suerte que se lesiona en la rodilla y la preocupación de Pedro fue “cómo podremos llevarlo al banquillo con lo grande que es”, lo cierto es que para lesionarse le ayudó un pequeño empujón de un jugador que saltó sobre el y no pitó nada por lo que ya no éramos 7 sino seis jugadores disponibles, al poco David hace un par de personales y tiene que ser sustituido, le sustituye Pablo y tras una semana en la nieve vino con las pilas puestas, por fin hace su juego de penetraciones con decisión y potencia a la vez que dirige bien el equipo, en ese aspecto igual que David (no te enfades). Hay un jugador el que lleva el número 7 que hace de todo y todo lo hace bien, sobre todo el tiro exterior, para contrarrestarlo salgo como perro de presa para pararlo, por lo que hacemos caja y uno. Al poco sale el negro del equipo, pero no nos cagamos en los calzoncillos y tratamos de seguir jugando, la verdad es que con un juego anárquico en el que penetraba una y otra vez desde posiciones interiores, cogiendo rebotes o recibiendo desde la línea de fondo sacó canastas y personales aunque algún que otro gorro se llevó.

Acaba el primer cuarto con un marcador igualado y durante el segundo cuarto casi todo sigue igual salvo el que suscribe, al cual me tocó defender al negro que por cierto se llama Alberto para el que le interese y en lo referente a nuestro tiro exterior no estábamos demasiamos inspirados, sobre todo yo, pero en definitiva no se nos fueron por mucho y además nos protegimos bastante bien de las personales y los componentes del equipo parecía físicamente entero, creo recordar que fue al final del cuarto cuando se produce la jugada más espectacular del partido en la que David al finalizar un contraataque recibe un espectacular tapón de Alberto.

Al comienzo del tercer cuarto salimos en parte con la misma dinámica del segundo cuarto, pero al poco se abre un combate paralelo, haber qué equipo tira mejor de fuera y en eso salimos ganando, un triple de Yimi que responde el otro equipo, otro de Andrés que también responde los de Monóver, a lo que Ulises mete otro triple, ellos una de dos, Andrés otro triple, Yimi y in extremis otro de Ulises en definitiva nos ponemos a un solo punto 42 a 41. es aquí cuando nos da la pájara, en gran medida provocado por una defensa individual a la que no sabemos responder y tras varias pelotas perdidas y más ataques que no sabemos acabar se nos acaban yendo de hasta 20 puntos a mediados del último cuarto. Comentar que como las desgracias nunca vienen solas al principio del cuarto final Andrés se lesiona con lo que parecía y se a confirmado una rotura de fibras, lo que no sé es el músculo el gemelo o el soleo.

Recapitulo, quedaban poco más de cinco minutos, perdíamos de 20 y sólo teníamos cinco jugadores disponibles para jugar, pero hay amigos, esto no se acaba aquí, pues en un tiempo muerto pedido (no sé por quien) David, con un par de huevos más grande que su cabeza dice de hacer una presión y como éramos tres pequeños (suponiendo que Yimi fuera grande pues en esos momentos estaba jugando de interior) a los cuales les gusta sufrir y ni cortos ni perezosos eso es lo que hacemos. Comenzamos a hacerla y comenzamos a robar balones aunque también se nos escapó alguno, en definitiva nos acercamos a 10 y con eso acabamos. Lo cierto es que nos fuimos satisfechos al vestuario, quizás no tanto los lesionados.

Por Ulises Ávila Lluch.

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