jueves, 21 de octubre de 2010

No auguraba un buen fin de semana de baloncesto. Pero….






Sábado 16/10/2010 a las 17:30h en el pabellón de polideportivo de Ayora. CB. Ayora Vs Basket L’Ollería.




Son las tres del medio día del sábado y me dispongo a salir de camino a Ayora desde Murcia. Me queda una hora y media de coche en la que podré mentalizarme de los preceptos del mister…. Bueno en realidad de la única consigna que me dirige: “tranquilo Carlitos”. Ya llevamos algo más de un año desde que esta gran idea de juntarnos los antiguos amigos del baloncesto cuajó y no puedo controlar la emoción cada fin de semana que toca partido. Aprovecho estas líneas para pedirle perdón al equipo. No corro mucho intencionadamente, yo soy el primero en asombrarme de lo mucho que me muevo, sin sentido en la mayoría de las ocasiones.




Llego al pueblo a eso de las 16:30h como había previsto, pero sin haber pensado un minuto en el baloncesto. Tenía compañía en el viaje y la conversación no ha dejado lugar a la reflexión. Cojo el petate y me dirijo al pabellón, donde mis compañeros están probándose las camisetas nuevas, por cierto un acierto comentado por todo el equipo: “son más ligeras”, “transpiran mejor”, “no me rozan …..”. Un primer vistazo ya me adelanta que la plantilla será corta. Mal endémico este que siempre nos acaba pasando factura.




Durante el calentamiento alguien de los siete compañeros que me rodea comenta que ellos (el rival) también son pocos, pero al tiempo aparecen más jugadores para completar una plantilla de ocho efectivos. Al parecer igualados en número.




Tras unos primeros minutos de calentamiento llega una mala noticia. “Manolo se ha roto” “¿Cómo?, ¿en el calentamiento?”. La cara de dolor y frustración del afectado no deja lugar a dudas, el moratón que tras el partido se pudo ver en su pierna tampoco: más que probable rotura fibrilar. ¿Alcance?. En principio nadie se moja a valorar, más que nada porque nadie es experto. Mucho ánimo para la recuperación, que seguro que será temprana, al menos eso es lo que todos en el equipo esperamos.




El tiempo pone las cosas en su sitio. En nuestro caso parece que el sitio es la inferioridad numérica de jugadores. Casi toda la temporada anterior se tuvo que jugar con poca gente y este año lleva toda la pinta de seguir el mismo camino.




Durante el calentamiento Pablo Abarca comenta que el árbitro será de nuevo “su amigo”, pero que en esta ocasión está totalmente mentalizado de no protestar ni comentarle ninguna jugada. Darío y yo nos miramos incrédulos. Si a mí no hay quien me pare las piernas a Pablo no hay quien le contenga la lengua.




Por mi parte la falta de entrenamiento se nota de cara al aro. Físicamente me encuentro bien, pero me falta confianza en el tiro y es que no subir a entrenar el viernes se nota y no tocar el balón en toda la semana más.




Llega la hora de la verdad y el árbitro pita tres minutos. Todos hacemos piña en torno al Mister que dicta las consignas pertinentes. “Nada de faltas y defensa fuerte bajo el aro, ante la mínima posibilidad salimos al contra-ataque”. Titulares: Mateo, Pablo Ab, Ulises, Darío y yo. Pablo Hermosín y Vicente aguardarán su turno en la banqueta junto a Andrés (delegado de campo y antiguo integrante del equipo).




Los primeros minutos son un tanto desconcertantes. Este equipo es nuevo en la competición y no sabemos muy bien como jugará. Al poco tiempo las cosas están claras. Son un equipo que basa su juego en el buen hacer de un base rápido y con visión de juego y en el acierto de su jugador número doce de cara al aro. Un primer lanzamiento desde la línea de 6,25m adelanta a los visitantes en el marcador. Pero los dos siguientes ataques por nuestra parte fructifican y nos ponemos uno arriba en el marcador. Especial mención merece la canasta por parte de Mateo en entrada con la mano izquierda y con un defensor encima, que para sorpresa de todos convierte magistralmente. Un continuo intercambio de canastas deja un marcador de 14-14 tras el primer cuarto.




En el segundo cuarto hay un cambio en la dirección del equipo, Ulises es sustituido por Hermosín en la toma de la batuta. Esto hace que nuestro juego pierda algo de velocidad pero que el balón recaiga más en los hombres altos. En este cuarto merece la pena destacar una bonita canasta de Vicente que se va en velocidad (otros opinan que aprovechándose de la condición de palomero) dejando una bandeja limpia. Al final del segundo cuarto 33-30 en el marcador. Un empate técnico que llevaríamos a rastras hasta el final del encuentro. Las sensaciones son raras, el ambiente está frío en el equipo. No se jalea a los compañeros como en otras ocasiones cuando se mete una canasta, no se anima a gritos para defender con más garra o cerrar el rebote. Parece que más de uno necesitamos un pellizco para espabilar anímicamente.




¡Otro percance!. Vicente parece haber recibido un golpe en el estómago que le ha dejado “mal cuerpo”. Tras una frugal visita al Sr. Roca parece que recupera la compostura pero….. no queda “el horno para muchos bollos” según propias palabras de Vicente.




El tercer cuarto se puede resumir en un empate total. De hecho acabó con un 46-46 en el marcador y con todo para decidir en el último asalto. Es aquí donde se pudo ver la que quizá fue la jugada más bonita. Un contra-ataque que mezclaba la rapidez y definición de nuestros dos bases (Ulises y Hermosín) para trenzar una jugada con buenos pases entre los defensas y que culminó en una bandeja entre los defensores y casi sin espacio para realizarse. ¿Quién metió la canasta? No lo sé. Lo importante es que se están empezando a ver cosas bonitas. Al fin y al cabo es lo que hace que nos enganchemos a este deporte, lo que se comenta en las duchas tras el encuentro. Lo que nos sube el ánimo, en definitiva. Al parecer se empieza a notar que parte de los chicos quedan en Valencia para entrenar entre semana.




El último cuarto no pudo empezar peor. Un parcial de 1-11 nos dejó diez puntos abajo y con unos siete minutos por delante. Cuando vi el marcador se me vino el mundo encima. “Otra vez nos ha dado la pájara en el momento menos oportuno”.




Pero al parecer no estábamos desanimados en los cuartos anteriores. Estábamos descansando para el último arreón que nos auparía a la victoria. Una defensa fuerte que presionó un poco su bote dio lugar a robos de balón y oportunidades de recortar distancias que se materializaron finalmente. El pabellón, que recibió buena entrada, vibró con la remontada y nos dio alas para desfondarnos a tope y llevarnos el gato al agua. En este último cuarto es digna de comentar la jugada que nos separó definitivamente en el marcador. Quedando poco más de un minuto y con empate a 61 en el marcador, la pelota estaba en nuestras manos. En un ataque que como de costumbre no parecía tener un final claro, el balón se movió bien de dentro a fuera, otra vez dentro y nuevamente fuera para que Hermosín recibiese en el triple y tomándose su tiempo apuntase el triple que apuntilló al rival y el partido. Los compases finales sirvieron para abultar un poco más la diferencia y para llevar el marcador final a un 66-61.




En resumen podríamos extraer la conclusión de que con más gente podríamos haber rotado algo más, intentado un juego diferente o correr más. Pero también que los entrenamientos de los chicos “valencianos” están dando su fruto y hay más compenetración entre ellos. A la postre buenas jugadas que nos ayudan en los compases del partido. Desde estas líneas declaro mi gran envidia (nada de sana, envidia cochina) al no poder juntarme con ellos en las pistas de Valencia.




Jugador por jugador:




Ulises Ávila: 8 puntos, 3 personales. Actuación muy acertada en defensa. Como siempre aportando velocidad y resistencia al conjunto del equipo.




J.A. Mateo: 2 puntos, 2 personales. Se notó su ayuda en la defensa. Tanto en la parte alta del área como bajo los aros. Seguro a la hora de dar los pases, recoger los rebotes. Siempre es una referencia.




Darío Pardo: 2 puntos, 1 personal. Tras la larga ausencia de las canchas por la boda y la luna de miel, su vuelta ha sido discreta pero seguro que los números irán cambiando poco a poco.




Vicente Abarca: 5 puntos, ninguna personal. Jugador polifacético, supo dar la talla allá donde el mister lo colocó. Suya fue una de las jugadas comentadas del partido.




Pablo Abarca: 7 puntos, 4 personales. El káiser volvió a destacar en su faceta reboteadora y otra vez tuvo que recibir palos de diestro y siniestro. No pudo cumplir la promesa de no protestar al árbitro.




Pablo Hermosín: 27 puntos, ninguna personal. Desde luego fue el jugador del partido. Grande en defensa y acertadísimo en ataque. Si sigues en esa línea no habrá quien te tosa.




Carlos Bornay: 17 puntos, 2 personales. Sin duda el partido en el que más me he cansado. Disfruté en casi todo el partido y eso es algo que me alienta a seguir en la brecha pese a las dificultades (la lejanía de mi casa, las nuevas obligaciones etc etc.)




Pedro: A mi parecer estuvo acertado a la hora de elegir el cambio de defensa que permitió que se desconcertara el rival. Pero gracias por dejarnos volver a nuestra zona típica, donde cada uno sabe lo que tiene que hacer.




Nota 1: He sumado varias veces los puntos de cada uno y si no me equivoco nos han quitado dos puntos. El marcador final debería ser 68-61. A la postre no ha tenido repercusión alguna, pero deberemos tenerlo en cuenta para futuros partidos donde dos puntos pueden suponer un mundo.




Nota2: Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que esta victoria se la dedicamos a David. Para hacer su exilio algo más llevadero. Te esperamos compañero.

Por Carlos Bornay García

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